Nadie salva a las rosas -reseña

 ¿De qué va el libro? 

 Rihanna, una joven trans y de Marruecos es torturada hasta la muerte por sus secuestradores en las afueras de Barcelona. Marina regresa de un viaje y descubre que su amiga y compañera de piso ha sido brutalmente asesinada. Yusuf está asimilando el nacimiento de su hija cuando recibe una llamada: la joven no acompañada a la que ha estado apoyando en los últimos diez años ha muerto y hay más: las desgracias nunca llegan solas. Los inspectores encargados de la investigación no tienen ninguna pista y no reciben colaboración de los conocidos de la víctima.

Marina y Yusuf no se fían y prefieren investigar por su cuenta. La Rihanna que ellos conocen no tiene enemigos, más allá de los problemas que acumulan todos los jóvenes no acompañados que han pasado por diferentes centros de acogida para acabar en la calle sin la tutela de ninguna administración.

Las piezas del puzzle están esparcidas entre Casablanca y Barcelona. Unirlas no será tan fácil, nada es sencillo cuando el destino de muchos lo deciden unos pocos.

¿Qué me ha parecido? 

 'Nadie salva a las rosas' es una novela sobre el odio, el racismo y los prejuicios. 

    La historia de Youssef El Maimouni es devastadora, a ratos irónica y la mayor parte del tiempo, brutal.

    El estilo de Youssef El Maimouni me recuerda al mejor Ignacio del Valle, con 'Los demonios de Berlín', pero también hay pinceladas a lo Juan Gómez Jurado, aunque él articula los párrafos de forma más sucinta. Los de El Maimouni poseen esa misma velocidad, pero son más densos y largos. Tiene un modo de narrar  que resulta a ratos poderoso e incómodo, como quien, de pronto, se da cuenta de que hay un coche a lo lejos que está a punto de salirse de la carretera y estamparse contra un muro de hormigón, y no quiere ni puede apartar la mirada porque 'necesita' verlo.

    Youssef El Maimouni lo sabe: las desgracias ajenas nos gustan. Lo primero que leemos en los periódicos suelen ser las columnas de 'Sucesos' porque el ser humano es un tiburón  buscando carnaza.  Así que el autor se aprovecha de ello poniéndonos delante a un trozo de carne con esa textura que sólo tienen las buenas personas, en este caso una chica trans, que además es marroquí en un país bastante racista: el nuestro (aunque no nos guste y nos apuremos a negar la evidencia). Rihanna será como una roca lanzada por una catapulta: arrastrará al lector por el suelo, y cuando agote la velocidad y se acabe el libro, lo dejará hecho polvo, alterado y con la mente en shock. 

    Así de bueno es este libro. 

    ALERTA: Si no tienes dos horas libres no lo empieces, porque no podrás parar de leer desde el prólogo.

    Este NO es un libro de leer diez minutos, parar, ponerse la mantita de cuadros escocesa, hacerse un colacao y seguir leyendo. Esta es una historia de: te atrapo, te destrozo, te recompongo como me dé la gana y te dejo libre.

    NO es una novela sin nada que decir. Habla mucho y todo lo que dice duele o resquema. 

    Si eres aprensivo/a, NO es tu novela. 

    Si buscas lecturas pasivas, que te entretengan diez minutos, NO es tu novela.

    Si eres de libros placebo, NO es tu novela.

    Esto NO es un Big Mack; es un chuletón con doble ración de patatas, ensalada, el mejor vino blanco, brownie de postre y licor de quinientos euros el sorbo de postre. 

    Pon el móvil en silencio, manda a tus hij@s con l@s yay@s, ponte cómod@, apaga la tele y toma aire. Después ya nada será igual.

        Con la colaboración de Roca Editorial.