¿De qué va el libro?
Corre el año 1834 y Madrid, una pequeña ciudad que trata de abrirse paso más allá de las murallas que la rodean, sufre una terrible epidemia de cólera. Pero la peste no es lo único que aterroriza a sus habitantes: en los arrabales aparecen cadáveres desmembrados de niñas que nadie reclama. Todos los rumores apuntan a la Bestia, un ser a quien nadie ha visto pero al que todos temen.
Cuando la pequeña Clara desaparece, su hermana Lucía, junto con Donoso, un policía tuerto, y Diego, un periodista buscavidas, inician una frenética cuenta atrás para encontrar a la niña con vida. En su camino tropiezan con fray Braulio, un monje guerrillero, y con un misterioso anillo de oro con dos mazas cruzadas que todo el mundo codicia y por el que algunos están dispuestos a matar.
¿Qué me ha parecido?
Sé que te lo estás preguntando: ¿es 'La bestia' una novela tan dura como 'La novia gitana'?
Sí. De hecho, creo que ha superado nuevas cotas de crueldad. Pero no te preocupes, sólo es ficción.
Carmen Mola lo ha vuelto a hacer: nos ha volado la cabeza con 'La bestia'.
'La bestia' nos sumerge en una Madrid lóbrega, sucia, llena de barro y miseria, donde los límites del bien y del mal no parecen tan definidos como los actuales. Sabemos que existe el mal, pero la propia sociedad parece estar formándose, así que lo asumimos y no le damos importancia. En esta situación nos encontramos con unos cadáveres desmembrados de niñas que nos introducirán en una pesadilla sin escapatoria.
El libro es tan adictivo como sus predecesores. Tiene ese hilo narrativo atado a una ambientación muy cuidada y visual, cargada de estímulos nocivos que nos atrapan y sobrecogen. Narrada con un ritmo vertiginoso en donde no paran de suceder cosas que nos estremecen, llegamos a un clímax muy trabajado. Me gusta mucho esa capacidad evocadora que tiene Mola para poder poner cara al horror, esa forma de narrar lo horrible desde lo cotidiano y ese dominio de la psique de los personajes.
El libro en ningún momento decepciona. Es tan ágil como 'La novia gitana', y casi diría que en ocasiones es mucho más cruel. Lo sé, parece difícil de creer.
Esos desmembramientos de niñas que no tienen nada a quienes se les arrebata todo, esa suciedad hedionda que emana de la narración y que horroriza y atrapa impidiendo dejar el libro. Hay un gran trabajo de composición de la atmósfera para convertirla en algo fétido que participa de la historia como si fuera un personaje secundario, pues ese tufo que emana de ella está presente en cada parte hasta llegar a abrumar.
El libro no es apto para corazones sensibles, busca lectores y lectoras con un hambre voraz de lo anormal. Ojos que no teman mirar donde suena el quejido de algo que no se ve. Ese es su talento: aúna la pesadilla y el horror haciendo de ellas lo común, y es en esa capacidad de volver cotidiano el mal lo que hace de la novela algo especial.
Muy recomendable.
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