¿De qué va el libro?
Damos por hecho que las borrascas nos deprimen, que existe la astenia primaveral, que los vientos nos enloquecen y que la luna afecta al ciclo menstrual de las mujeres. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? Y más importante aún, que otros aspectos ambientales o cambios meteorológicos pueden afectar a nuestra salud física y mental.
Cuando Mar Gómez, física y meteoróloga, se mudó al suroeste de Madrid, percibió cómo su cuerpo respondía al tiempo más seco y a los vientos racheados del lugar. Empujada por su curiosidad científica, se sumergió en el estudio de la meteorosensibilidad, una disciplina poco conocida pero que tiene respuestas fascinantes para entender qué efectos tiene los cambios atmosféricos en nuestro cuerpo. Y más importante aún, cómo el cambio climático que sufre el planeta nos acabarán afectando a todos.
¿Qué me ha parecido?
Antes de encontrar este libro no había oído hablar de la metereosensibilidad. No sabía ni que existía, sólo que, cuando estaba a punto de desatarse una tormenta sufría migrañas, y que los días de otoño muy lluviosos, o que presagiaban mucha lluvia, estaba deprimido y recordaba cosas que no eran positivas.
Mar Gómez hace un estudio interesantísimo sobre cómo los cambios atmosféricos afectan a la salud de las personas. Tiene un modo de escribir que resulta muy ameno de leer. Te atrapa desde el prólogo.
Me gusta mucho el modo que tiene de redactar porque es didáctico, pero sin pasarse. Suele ocurrir, en este tipo de libros de ensayo, que el escritor/la escritora, en su afán por dotar de cimiento a lo que cuenta sature a quien lee con datos y más datos de bibliografía. Aquí no pasa. El estilo es sencillo, la base sólida, pero no agota al/la lector/a requiriéndole un sobreesfuerzo para seguir el hilo narrativo.
A lo largo del libro va adentrándonos en este mundo tan complejo y que tan poco se conoce de la metereosensibilidad.
Sorprende descubrir que ya Hipócrates hablaba de las implicaciones en materia de salud de las condiciones atmosféricas. Vamos, que no es un tema de ayer, esto lleva pasando toda la vida. Si estos sabios lo creían en la antigüedad, ¿quién soy yo para dudar de ellos?
¿Sabías que ciertas condiciones temporales incrementan de forma significativa los suicidios? ¿Y que estos cambios atmosféricos no afectan igual a hombres que a mujeres? Porque yo no.
Pienso que este tipo de cosas deberían explicarse en el instituto para que pudiéramos afrontar ciertos momentos de nuestras vidas sabiendo qué es lo que nos está pasando, para no sufrir por desconocimiento, o para no añadir sufrimiento a lo que sea que nos esté pasando, si es que nos está pasando algo.
Me ha preocupado bastante la parte en la que habla sobre cómo la contaminación puede llegar a afectar a las personas, incrementando todo tipo de problemas neurocognitivos y conductuales. No es extraño, pues, que los índices de suicidio y problemas mentales hayan aumentado tantísimo desde la pandemia, porque tenemos un rico caldo de cultivo a la puerta de casa: presiones laborales, contaminación muy por encima de lo que podría llegar a ser tolerable, aumento significativo de la temperatura, altas tasas de paro, problemáticas geopolíticas… Es un suma y sigue.
Otro aspecto que me ha inquietado bastante es la capacidad que tiene el ser humano de sobrevivir al calor ambiental. Y es que, por lo visto, no estamos preparados biológicamente hablando para las temperaturas que estamos viendo estos últimos años (lo intuía, pero no podía afirmarlo con una base sólida que me respaldara). Según dice Mar, el ser humano puede vivir bien entre los 4 y los 35 grados. Si miras la televisión estos días, podrás comprobar que en muchas partes de España se rebasan con mucho estas mediciones. Resulta, por tanto, lógico, que hablemos de metereosensibilidad, y que demos por hecho que sí, el tiempo afecta de forma clara y objetiva al ser humano. No somos de hierro.
Me ha gustado muchísimo el libro de Mar Gómez. Pero también me ha preocupado. He estado conversando con amigos y familia sobre un montón de datos que aparecen en este libro, y hemos entablado tertulias que han degenerado en críticas al tiempo y a la sociedad en la que vivimos antes siquiera de que nos diéramos cuenta.
El libro genera debate, y también hace pensar. ¿Qué siento? ¿Por qué lo siento? ¿Hasta qué punto es culpa mía lo que siento? De pronto te ves redescubriendo ciertos comportamientos y momentos de tu vida que, hasta la fecha, no tenían sentido, y comienzas a darte cuenta de que, en el fondo, aunque no lo sabías, sí que lo tenían.
Siempre es mejor tener mucha información que poca, pero el libro de Mar Gómez me ha dejado turbado, no lo puedo negar.
Por eso te lo recomiendo.
¿No lo entiendes?
Es sencillo: si un libro no te provoca ninguna reacción, entonces déjame decirte que no es bueno. Si no te mueve para bien o para mal significa que no te está diciendo nada.
Por cierto, que la encuadernación, con solapas, es soberbia. También me ha gustado mucho la portada, con un sol que resume, en un simple color, toda la esencia de lo que la autora cuenta.
Con la colaboración de Ediciones Península.
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