lunes, 24 de mayo de 2021

No oigo a los niños jugar -reseña

 


¿De qué va el libro?

Tras un grave accidente de coche, Alma, una joven de 17 años, sufre un shock postraumático y es ingresada en una clínica psiquiátrica ubicada en un antiguo edificio rehabilitado. Allí convive con otros internos y sus patologías y se cruza con unos niños a los que solo ella puede ver. Poco a poco, la historia del edificio y sus antiguos ocupantes se enreda con la realidad de Alma y la lleva a desentrañar oscuros secretos encerrados durante años entre las paredes de la enorme casona y en su propia mente.

Un thriller trepidante repleto de suspense que mantendrá al lector enganchado hasta las últimas páginas.

¿Qué me ha parecido?

‘No oigo a los niños jugar’. Tal vez ese pensamiento te ronde por la cabeza. No te preocupes. No eres la única persona a la que le ocurre. Lo que te está pasando es normal. Tu mente piensa que es porque estás leyendo un libro, pero no es así. En realidad, estás inmers@ un mundo del que no podrás salir hasta que hayas llegado al final. Como en el juego de ‘Jumanji’, pero mejor. Tranquil@, no hace falta que hiperventiles, es temporal, y cuando acabe notarás una paz interior que te hará sonreír. Sin duda. Lo sé porque me ha pasado.

Así es este libro. Un juego mental, un placer culpable. Un dramón que engancha desde la primera página y que atiza al lector con más fuerza que la de un uppercut a quemarropa.

El libro de Mónica Rouanet es de lo mejorcito que he leído en mucho tiempo. Y leo bastante, así que creo que soy una fuente fiable.

Me gusta mucho el estilo que tiene esta novela. Es muy rápido. Los capítulos se hacen cortos, algunos lo son, de hecho, sobre todo los que tratan de los niños (no diré más para evitar spoilers). En cierto modo me causa un poco de malestar, porque quiero más. Pero también me provoca una sonrisa, porque entiendo que es un juego que la autora mantiene con el lector/a, un tira y afloja para que quieras seguir leyendo. Y se agradece. Además, es sencillo de leer y va directo al grano. No hay largos párrafos que se enroscan sin fin ni con una intencionalidad clara que nos lleve a alguna parte.

Una de las cosas que más me ha sorprendido del libro de Rouanet es que, en algunos momentos, en lugar de estar leyendo una novela negra me parece estar ante una historia juvenil. Por el tipo de personajes y la complejidad de los capítulos, por los diálogos y la temática, y cómo la trata. Creo, de hecho, que su novela no es negra, ni juvenil, es más bien un crossover. Raro, sí, pero crossover.

Este es un libro que habla de los perdidos. Y el mundo está lleno de ellos, por desgracia. Me refiero a esa gente que parece que sobra pero que aporta, aunque nadie parezca darse cuenta. Sombras que nadie ve porque nadie mira, pero están. Me parece sublime el modo en que la autora usa a esa pobre gente. Y un acierto. Provoca empatía en el lector (o lectora, vaya), y también un intenso debate interior sobre el tema.

He llegado a esta novela esperando encontrar un lugar oscuro como la boca del lobo, lleno de cieno y malsano, y me ha sorprendido lo que he encontrado: alma, también cierta calma en el caos, humanidad donde esperaba truculencia. Vaya, que me ha gustado mucho.

Meditando sobre el libro he encontrado ciertas conexiones en la trama con películas que me han influido y gustado mucho. Hay un poco de la bella ópera prima de Rodrigo Cortes: ‘Luces rojas’, y también un cierto toque de ‘El orfanato’. Tiene la tensión de ‘La habitación del pánico’, y un profundo conocimiento de la psique humana que me recuerda al peliculón de Jodie Foster: ‘La extraña que hay en ti’. Es un compendio interesante que se lee en una tarde.

Una maravilla de libro de una autora que voy a seguir de cerca. 

El título, aunque no lo parezca, es brutal.

Con la colaboración deRoca Editorial.

 

 

 

 

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