Buenas tardes, cuéntenos un poco quién es Tirso Cons. ¿Por qué se dedica al cómic y no a la animación o la ilustración infantil/editorial? ¿Nunca ha pensado en probar estos otros campos?
Pues iba a decir “un chico de Pontevedra que…”, pero la verdad es que el tiempo pasa volando y las canas no engañan. Soy un ilustrador que ha hecho la mayor parte de su carrera dibujando cómics para el mercado francobelga.
Dedicarse al cómic como profesión requiere de mucha pasión por el medio. Es un oficio duro que requiere mucha dedicación, y no siempre es todo lo rentable que ese esfuerzo “mereciese”. Y, aun así, es algo de lo que es complicado salir, porque siempre hay una pulsión interior que nos empuja a contar una historia nueva, sea en tus palabras o simplemente como ilustrador y catalizador de las de un compañero guionista.
Crecí leyendo comics. Vivía en una casa de campo en Pontevedra, y allí llueve mucho, así que cuando no estaba montando en bici, jugando por el monte o cualquier otra cosa al aire libre, solía estar dibujando en la biblioteca de mis padres, o leyendo cómics y novelas.
Después llegaron los primeros anime y eso supuso una nueva influencia, pero digamos que lo más asumible, algo que podíamos sentir nuestro, era el cómic. Podíamos hacerlos.
Quizás eso lo convirtió en mi modo de expresión nativo. Siempre me preocupó más el llenar varias hojas contando cosas, a veces simples coreografías de peleas emulando Dragon Ball, que hacer una ilustración terminada.
En cualquier caso, nunca fue un objetivo profesional hasta que ya fui profesional. Estudié publicidad, empecé a trabajar en una agencia (Contrapunto) en la que me di cuenta de que disfrutaba mucho más haciendo los storyboard de las ideas que trabajábamos que en la publicidad en sí. Hubo varios compañeros (y superiores) que me animaron a perseguir ese sueño, y me apoyaron con más trabajo mientras iba madurando mi transición. Tengo que agradecérselo porque si no, quizás me habría dado mucho más miedo.
*Aprovecho para hacerlo, aunque no creo que lean esto: ¡Carlos Sanz de Andino e Itxaro Vicuña, Juan Silva y Escudero, los Rafas… uf! La verdad es que coincidí con gente genial en esa época.
¡Lo siento, me ha dado un ataque de nostalgia y me he
desviado del tema! xD Soy muy disperso. Por eso trato de enfocarme en las cosas
justas. Y por eso nunca me he animado a tocar otros campos. Como la animación o
la ilustración editorial.
Con la animación (o concept, videojuegos, etc.) siempre he pensado que me requeriría una dedicación plena. Una migración profesional. Me lo he planteado varias veces en mi carrera, pero siempre me queda una última salva que quemar en el cómic. Y acabo resistiendo. Porque sé que el día que tome esa dirección será para dejar atrás completamente el cómic. Y eso, es algo que solo sucedería si me encontrara entre la espada y la pared.
Bueno, ¿qué tal lleva el confinamiento? ¿Ha sido fructífero o tanta quietud le ha pasado factura?
Personalmente lo he llevado muy bien. Sobre todo, la primera parte. Lo sufría un poco más por percibir lo mal que lo pasaban otros que por mí mismo. Me afecta más ver la polarización a la que nos ha llevado toda esta situación, que en sí una situación de aislamiento. Y menos en las eras digitales, en las que estamos a un ring de una videollamada.
Dibujar comics requiere de muchísimas horas en el estudio. Son muchas horas de trabajo (entretenido en su mayoría, por eso se hace llevadero). Así que estamos bastante acostumbrados a periodos de encierre para alcanzar fechas de entrega, y a convivir con la soledad bajo un flexo.
Para mí ha sido tremendamente productivo. En el sentido de haber podido desarrollar proyectos que siempre dejas en stand by por motivos profesionales/económicos. Así que puestos a “estar sin trabajo”, es mejor aprovechar el tiempo para desarrollar ideas, avanzar proyectos… como el que llevamos un par de años mareando David Muñoz y yo.
¿Se considera usted creativo?
Es una pregunta complicada. No me considero especialmente creativo. Creo que quizás es un concepto que se me hace cada vez más vago.
Te respondería que soy curioso respecto a los procesos y el aprendizaje de nuevas facetas artísticas, los que a menudo me lleva a perder mucho tiempo, a quizás no tener un estilo marcado más allá de mis propias limitaciones, porque cambio mucho. Cada serie que he hecho la he hecho técnicamente diferente.
Me cuesta plantearme dibujar todos los cómics igual, con el mismo material, la misma técnica. Me cuesta no querer aprender cosas que descubro dentro de mis campos de interés. Deporte, pintura, dibujo, historia, cine… o cerveza. Entonces, eso me lleva a pensar, a deconstruir para entender. Pero no sé si diría que eso es ser creativo. Desde luego, es la manera que yo tengo de crear.
Cuéntenos algo de esas charlas con autores que está realizando en Instagram. ¿Cómo, cuándo, y por qué surgen?
Pues surgen como producto de la propia situación de encierro que hemos vivido todos este 2020.
La verdad es que no era ajeno a nosotros. Muchos dibujantes, sobre todo los que no tenemos la suerte de vivir cerca de otros compañeros y tener un estudio físico en el que trabajar, ya compartíamos antes Estudios Online. Reuniones a través de plataformas de videollamada mientras trabajamos cada uno en nuestras casas. Simplemente charlamos, nos preguntamos dudas, o simplemente estamos en silencio haciéndonos compañía.
Un día con Alex de Marcos, un amigo pintor muy majete, hicimos un direct en su Instagram y fue super divertido, fue una charla de colegas, muy informal, pero se pasó mucha gente y había muchas preguntas. Era todo muy espontáneo. Y me gustó.
Así que se me ocurrió hacerlo más organizado. Empecé con Miki Montlló, luego Isaac Sánchez, pero se borraban los videos. Después la App de Instagram empezó a dejar la opción de guardarlos en igTV, y me parecía interesante tratar de organizarlo todo un poco más, para generar un archivo de charlas. Así se podrían consultar, escuchar modo podcast, o como la gente quisiera.
El hecho de no tener que editar video, montar, etc. y la informalidad del formato me parecían perfectos para lo que quería (y, sobre todo, por cuestiones de tiempo, podía) hacer.
Ahora las hago semanas alternas (para no saturar), siempre los jueves a las 19h hora local. Pero se quedan en igTV para que se puedan ver en diferido. Aunque ahí se pierde la magia del chat :-P
Hablemos de sus tebeos. Usted suele colaborar mucho con David Muñoz, ¿se compenetran bien? ¿Cómo funciona el binomio? ¿No se plantea usar otro guionista? ¿En qué están trabajando ahora?
Conozco a David desde el año 2006 creo. Coincidimos en un festival pequeño en Albacete. Hablamos, congeniamos y en ese mismo lugar quedamos en intentar preparar algo juntos para publicar en Francia.
Como los dos vivíamos en Madrid, empezamos a vernos bastante y fuimos charlando para acabar dando forma al proyecto que sería ‘La Casa de los Susurros’, que publicamos en Humanoides.
La obra fue muy bien. Mi relación con la editorial, no tanto. Eso nos generó un paréntesis a David y a mí, que retomamos años después cuando me tutorizaba en la escritura de ‘Trackers’ (mucho antes de que viera la luz de hecho), aunque luego se encargó él de escribir el guión definitivo.
¡También teníamos un proyecto de cómic autoconclusivo, que tenía muchas ganas de dibujar, pero que tuve que discriminar por agenda, y que actualmente está dibujando Miguel Robledo, y que ha elevado el nivel de una manera escandalosa! Espero que pronto vea la luz.
Mientras trabajaba en ‘Trackers’, empezamos a darle vueltas a una novela gráfica, y en plantearnos el cómo desarrollar ese proyecto.
Algunos desencantos este último par de años con alguna de nuestras propiedades intelectuales, pésimamente gestionadas por terceros, nos llevó a replantearnos la manera en la que estamos creando contenidos. La manera en la que hacemos nuestras obras.
Así que en mayo de 2019 terminé ‘Trackers’ y mi etapa como dibujante profesional de “banda dessinee”.
Respecto a mi manera de trabajar con David, es muy orgánica. Intercambiamos muchos comentarios al principio. David, quizás por influencia de su trabajo en el mundo del cine y la TV, reescribe muchísimo. Y absorbe muchísimo del equipo. Yo es algo que agradezco, e imagino que, para esto, cada equipo es un mundo.
De hecho, así es. Y lo podemos leer en las entrevistas que hace David a otros guionistas del medio, en su libro: ‘Escribir en bocadillos, pensar en viñetas’ (que os recomiendo, aunque no seáis guionistas).
No me planteo si trabajar o no con otras historias que no sean mías, es una cuestión que surge. Si una historia me gusta mucho, hasta el punto de querer invertir más de un año de mi vida en ella, pues querré hacerla. Pero eso requiere de una historia completa, que además me apetezca leerla, me llegue, etc. Son muchos factores. Y luego, que realmente vea que el guionista de esa historia va a poder asumir mi manera de trabajar y de hacer mía también esa historia. Algo que muchos no aceptan. ¡Y lo entiendo! Pero entonces no es para mí.
Según pasan los años, soy más consciente de que el número de historias que puedo dibujar/contar es más limitado. Y eso me lleva a ser más meticuloso a la hora de elegirlas.
Hay guionistas con los que sé que podría trabajar muy bien, por cómo son ellos. ¡Pero aún no me han puesto delante una historia (no una sinopsis) que me haya hecho decir, OK! ¡Esto lo próximo!
Y ahora mismo, como te dije antes, David y yo estamos trabajando en un proyecto que personalmente me hace mucha ilusión. Por la propia historia, por el reto artístico que me ha supuesto, y quizás también por la incertidumbre que supone este giro en nuestras carreras (sobre todo en la mía).
Es una obra larga de 4 actos para publicar el próximo año. Se
llama ‘Abandonados’. Ya he dibujado las más de 200 páginas que la componen,
pero falta depurar el acabado, el color, rotulación, etc.
Por curiosidad, ¿qué tipo de guiones prefiere: literarios o de otro estilo? ¿Prefiere que el guionista le diga o todo, incluidos los puntos de vista de cada viñeta, o prefiere trabajar con un guión más abierto?
Con David siempre hemos trabajado con guión técnico hasta ‘Abandonados’ (que es literario y sencillo), aunque, en cualquier caso, siempre han sido guiones técnicos “abiertos”. Es decir, aunque marcan un ritmo de viñetas etc. no eran una pauta estricta, era una narración orientativa. Con sugerencias en puntos concretos sobre intenciones, más que detalles técnicos como encuadres o planos.
Eso es algo que no soporto en los guiones. Que me digan cómo y qué tengo que dibujar. Para mí, lo que un guión tiene que contar es: qué pasa y cómo, no como representarlo.
Ahora mismo, tras la experiencia en ‘Abandonados’, con un guión literario, no lo cambiaría.
Complete la frase: un buen ilustrador no debería…
Procrastinar.
‘Trackers’, publicado por Yermo Ediciones en España, es donde hemos visto su arte por todo lo alto. ¿Es cosa mía, o su calidad en cuanto al dibujo y, sobre todo, la iluminación, ha pegado un gran salto cualitativo en esta obra?
Bueno, muchas gracias. Me alegro de que te haya gustado. Creo que en el tercer volumen (que en España sale en unos meses) es en el que llego a conseguir lo que quería en el apartado gráfico global.
El planteamiento de ‘Trackers’ era muy ambicioso. Quizás demasiado para una realidad de mercado que no hace muy posible álbumes así.
Intenté aunar lo que había aprendido de pintura en estos últimos años con unos acabados digitales. Que la textura y cuerpo del trabajo con acuarelas (nogalinas, aguadas de tinta, guache…) se compenetrase con un entintado clásico y el color digital.
También, cambiar un poco el ritmo habitual en el cómic francobelga. Intercambiar viñeteados más densos con imágenes amplias.
Aun así, lo más difícil fue encuadrar la historia en las medidas que nos permitía el propio formato. Creo que la historia gana mucho cuando se lee del tirón, los tres tomos.
Pero estoy muy orgulloso de haber podido sacar adelante algo así.
¿Puede hablarnos un poco de sus procesos artísticos? ¿Qué métodos sigue en su trabajo? ¿Alguna manía persecutoria que confesar? ¿Cuánto tiempo le lleva realizar cada uno de sus tebeos?
Un tebeo suele llevar en torno a un año. Depende del número de páginas, de la gestión y flujo de trabajo (a veces nos ralentizan situaciones externas a nuestra propia producción). En general, dibujar un álbum francobelga, lleva en torno a las 9 meses.
No tengo muchas manías. Con la salvedad de tener el guion definitivo y completo antes de ponerme a trabajar. Es más, de hecho, esa manía la tengo incluso antes de firmar un contrato editorial.
Me pongo a trabajar en el storyboard y la documentación al mismo tiempo, para así ver las necesidades reales y no dispersarme en la pre-producción más de lo necesario. Lo de documentarse es un peligro. Un pozo sin fondo.
Diseño los personajes (que previamente tendré medio conceptualizados, pero no definidos) y me pongo a hacer los lápices de las primeras escenas. Voy siempre en orden con la historia. En los lápices a veces me salto viñetas, pero, por ejemplo, entintando jamás. Siempre voy en orden, de izquierda a derecha, de arriba a abajo.
Y poco más. Manías, o más bien trucos, como me suele costar mucho empezar las jornadas o me siento más frio, me suelo dejar algo a medias. Normalmente, por ejemplo, dejar encajada o bocetada la primera viñeta de la siguiente página. O medio entintada si estoy con esa fase.
Complete la frase: lo que más me define como ilustrador es…
Impulsivo.
¿Cómo ve el mundo del cómic actual en España?
Estupendo. El mundo del comic está muy vivo, hay una gran oferta de títulos, una gran diversidad y una apertura a nuevo publico gracias al manga en su momento y al cine y la Tv en la actualidad, que están evidenciando muchas de sus referencias y llegan a un público mayor.
La industria ya es otra cosa. Creo que cada vez mejor, con apuestas más fuertes, editoriales que hacen muy bien su trabajo y tratan de hacer crecer a los autores que tienen. Pero la amplísima oferta para el ratio lector hace que sea una industria muy dura. Y no solo aquí, incluso en países con una tradición e industrias fuertes como la francobelga, no están exentos de estos problemas. Ojalá se empiece a fortalecer ese tejido un poco más, y el autor no se vea tan desprotegido.
Aunque en la situación que estamos viviendo este 2020, el daño se ha hecho extensible a muchos otros sectores, como los libreros. A los que deberíamos proteger y no caer en la dictadura Amazon y similares.
¿Qué aconsejaría a quien quisiera dedicarse al tebeo?
Que los haga. Que haga tebeos. Y que los termine. Y así sabrá que eso es a lo que quiere dedicarse, y no a la “idea de hacer tebeos”.
Complete la frase: lo que más odio de un cómic es…
Una mala edición.
¿Alguna vez siente miedo al dibujar? ¿A la página en blanco?
Cada día. Por eso intento no tener nunca una hoja en blanco delante. Aunque sea, mentalmente bocetada.
¿Son importantes para usted las redes sociales?
Les he empezado a dar más importancia los últimos años, sobre todo este.
Son herramientas muy útiles, con su lado oscuro. Solo hay que tratar de jugar el juego asumiendo que reglas tienes que cumplir y cuales no estás dispuesto. Liberarte de su “dictadura” en la medida de lo posible. Que sean tu herramienta y no tú la suya (que es un poco inevitable que lo seas).
Pero la realidad está ahí. Y depende de nosotros adaptarnos y de qué manera en nuestro beneficio profesional.
Es una excelente herramienta para conectar con tu público, tener un mejor feedback o al menos más inmediato, pero también puede esclavizarte un poco.
Confieso vivir en la contradicción con el tema de las Redes Sociales.
Última pregunta: ¿qué prefiere: digital o tradicional? ¿Qué técnica odia más y por qué?
¿Por qué elegir?
Son muy diferentes en su manera de concebir el proceso, pero herramientas, al fin y al cabo. Ambas tienen fases frustrantes y fases relajantes.La técnica que más “amodio” es la acuarela. La acuarela no se domina, llegas a un acuerdo con ella. Y ahí se entabla la lucha. Si quieres apretar mucho tu acuerdo hacia lo tuyo, es muy probable que acabes perdiendo, y si la dejas, es posible que el resultado no sea lo que esperabas. Lo que no es siempre malo.
Es difícil no odiarla a menudo, tanto como no volver a ella con frecuencia.
¡¡¡Muchas gracias!!!
A continuación, os dejo las redes sociales de Tirso:
Web.
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