¿De qué va el libro?
Coco es un perro, pero no uno normal, es el más egoísta que te puedas imaginar. Siempre malhumorado, es un perro muy grosero. Nunca quiere compartir y el pobre Nicolás carga con las culpas de sus travesuras. Pero algo inesperado va a suceder. Afortunadamente, Coco aprenderá una importante lección.
¿Qué me parece?
Aaaron Blabey crea un cuento imprescindible. Y pienso que es así por muchos motivos. El primero, porque es divertidísimo. No solo por lo que nos cuenta sino por el tono en que lo hace. Coco es un perro extraño, gordo, vago, egoísta. Sus ojos me hacen reír, su expresión de desconfianza me regala más pensamientos que los que me suscita el propio texto, porque las ilustraciones son tan precisas y son tan preciosas, que no necesitas casi leer de qué va la historia para hacerte con ella, para que te arranque una carcajada.
El segundo de los motivos es que toca un tema muy acertado en edades infantiles 3-6 años sobre todo: compartir, colaborar, dejar atrás el egoísmo exacerbado del ‘yo soy y tú apártate que me quitas el sitio y aquí solo importo yo’. Como digo, imprescindible.
El tercero, es que las malas acciones de Coco en el cuento tienen una consecuencia. Esto es básico en crí@s de 3/6 años. ¿Por qué? Sencillo, porque aprenden por consecuencias. Y voy a poner un ejemplo un tanto duro. Imagina a un alumno que lleva todo el día peleándose y trata de clavarle un punzón a otro en el ojo. La maestra lo ve y lo detiene cuando el punzón está rozándole las pestañas. Ahora vemos a otro que lleva todo el día trabajando, portándose bien, pero tira sin querer al suelo un vaso con agua. Si les preguntas a los alumnos y alumnas cuál debe ser castigado de los dos, dirán que el que ha tirado el vaso, por mucho que el otro haya estado pegando todo el rato y casi le clavara el punzón en el ojo a un compañero. ¿Por qué? Porque hay una consecuencia: el agua se cayó, y el en otro caso, no. Quizá era muy grave lo que iba a hacer, pero no llegó a producirse, así que no debe haber un castigo. Como digo, aprendemos por consecuencias. Por eso este libro es tan importante: Coco hace cosas mal y recibe un justo castigo. Su propio egoísmo es el que se encarga de ponerle en su sitio. Sin embargo, Nicolás tiene una recompensa positiva, ha actuado bien todo el tiempo, y al final, recibe un premio con el que no contaba, porque hacer el bien, algo deja.
La historia me ha gustado mucho. Además, es un cuento corto, no me gustan normalmente los cuentos con más de diez páginas y mucho texto. No importa que las ilustraciones sean pistonudas, da lo mismo. Si tiene más de diez páginas, en un aula con una media de 16 alumn@s no lo puedes contar porque algun@ se va a aburrir antes de que acabe y la va a montar. Los cuentos para niños y niñas de infantil tienen que ir al grano, ser escuetos; como dice un conocido amigo mío, tienen que ser como las minifaldas: ser cortos y enseñar mucho.
En cuanto a la edición, me gusta mucho el formato y las tapas. Es un libro que puede durar mucho tiempo si se le trata bien.
A continuación, voy a mencionar algunas actividades que yo trabajaría tras el cuento:
- Fabricamos marionetas del cuento.
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- Nos lo contamos por turnos usando las marionetas que hemos creado.
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- Conversamos sobre lo que hemos leído: ¿qué pasaba? ¿a quién? ¿por qué? ¿nosotr@s a quién nos parecemos? ¿por qué? ¿cómo podemos mejorarlo? ¿conocemos a alguien que sea como Coco? ¿qué le podemos decir para que se porte bien? Lo escenificamos.
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- Juegos de verdadero y falso sobre la trama para ver que se ha entendido.
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- Dibujamos a nuestro personaje favorito.
Estas son solo algunas de las actividades que se me ocurren a bote pronto. Hay infinitas más.
En definitiva, un cuento infantil muy ameno y recomendable, con una temática que JAMÁS va a pasar de moda, porque el egoísmo es una de las características del pensamiento en edades de 3-6 años.
Gracias a la editorial Anaya Infantil por colaborar con el libro para la reseña.
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