¿De qué va la historia?
El Amante Americano vive el amor como un éxito vital, pero es más efectivo en sociedad que en las distancias cortas.
El Amante Africano se guía por la cercanía y la pasión, pero adolece de impaciencia e inseguridad.
El Amante Asiático quiere y cuida desde el respeto absoluto, pero le cuesta dar voz a lo que siente su corazón.
El Amante Oceánico se guía por la inspiración del momento y es impredecible; hoy te lo da todo y mañana desaparece en cualquier aventura.
¿A qué continente pertenece tu corazón?
¿Qué me ha parecido?
He seguido con mucho interés todas las publicaciones que ha hecho Nube de Tinta desde que apareciera en el mundo literario hace ya unos pocos años, de la mano de la gran editora Teresa Petit. Para mí esta editorial siempre ha aunado en sus publicaciones historias sencillas pero profundas, escritas con belleza y con estilo rápido, de esas que puedes leer en una tarde, mientras te acurrucas en el sofá con tu manta de cuadros escoceses tapándote el regazo, y entre sorbo y sorbo de un chocolate caliente.Javier Ruescas y Francesc Miralles son sinónimos de calidad. Llevan siéndolo mucho tiempo. Cada uno a su estilo. Si bien Miralles es un poco más añejo en esto de escribir, lo cierto es que Ruescas es un escritor talentoso que le sigue los pasos bien de cerca. Escriben y lo hacen bien.
En esta novela, de la que no había oído hablar, me ha sorprendido no notar un cambio en el estilo pese a estar escrita a cuatro manos. No sé cómo lo habrán hecho, pero ha dado resultado. Tal es la compenetración entre los dos escritores. Se nota el bagaje literario que llevan detrás.
La historia es juvenil y fluye como una zodiac en un río lleno de rápidos. El lector pasa las páginas casi sin darse cuenta, y al alzar la mirada para posar la taza de chocolate junto al teléfono apagado, uno se sorprende al darse cuenta de que lleva metido en la historia casi ochenta minutos y ya la ha devorado casi toda, como si fuera un buen trozo de pastel. Confundido, se percata de que tiene una parte asiática que desconocía. No sabe qué pensar al respecto.
La historia engancha, es sencilla pero bonita. Presenta ideas potentes pese a ser juvenil, hace que el lector reflexione sobre cómo es el modo en que ama a los que le rodean. ¿Hay algo más bonito que eso? Lo dudo. El lenguaje es sencillo y claro, directo, llano. No encontraréis aquí metáforas recargadas, tampoco son necesarias, de todos modos. Ruescas y Miralles, Miralles y Ruescas, conocen bien a su público, saben cómo escribir capítulos que enganchen desde las primeras palabras, y que terminen de forma que el lector quiera seguir en su mundo onírico.
Así que terminas la novela y te das cuenta de que la tarde ha pasado sin que te dieras ni cuenta, que ya es de noche, que el chocolate ha quedado atrás, que las piernas se han dormido por estar sentado todo torcido, y que te duele todo el cuerpo, pero no te importa, porque has pasado un rato en un mundo bello que te ha hecho sonreír sin que te hubieras dado cuenta. Y encima te ha hecho pensar. ¿Qué más podrías pedirle a una novela? No se me ocurre nada. En definitiva, una lectura muy recomendable.
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