martes, 27 de octubre de 2020

Entrevista a Jara Santamaría -autora

 

Muchas gracias por aceptar esta mini entrevista.

 


¿Cómo ha pasado estos meses? ¿El confinamiento le ha ayudado a producir más o menos? 

 

Creo que el confinamiento me permitió (a la fuerza) dedicar más horas al proceso de escribir, cosa que desde luego decidí percibir como una oportunidad, pero no sé si me hizo más productiva. A fin de cuentas, todos necesitamos despejarnos, salir, ver a la gente, escucharla… uno escribe de lo que observa a su alrededor, y estar tanto tiempo sin esa normalidad no creo que sea positivo para la creatividad; al menos, para mí no lo es. Pero sí fue, como digo, una oportunidad para sentarme y dedicarle un tiempo que, en condiciones habituales, no podía destinarle. Así conseguí terminar “Los dioses del Norte 3: El linaje perdido” en tiempo récord.

 ¿Por qué escribe?

 No creo que haya un motivo concreto. No es una decisión que recuerde haber tomado nunca, no es racional, lo hago desde pequeña, desde que aprendí a escribir. Puede que sea un “modo de vivir”, por así decirlo. Yo cogía las muñecas y lo que me gustaba era inventar historias para divertirme. Pronto decidí que quería escribirlas para que no se me olvidasen, surgió así. Desde entonces, mi relación con la escritura ha cambiado: a veces me servía como un modo de entender el mundo, otras veces para expresarme, para desahogarme, para definirme… últimamente, también para escaparme.

 Me gustaría hablar un poco sobre usted. Con diecisiete años ganó la segunda convocatoria del Premio de la Fundación Jordi Sierra i Fabra, y ya lleva unas cuantas novelas a sus espaldas. ¿Ha cambiado con los años o sigue siendo la misma?

 ¡He cambiado mucho! Más a nivel personal que como escritora. Tal vez es ahí donde más me reconozco. Si releo cosas que escribía entonces (cosa que rara vez hago porque me da mucha vergüenza) reconozco un poco ese mismo pulso, el mismo ritmo, temáticas que se repiten…

 

Háblenos un poco de su método de trabajo. ¿Cómo prepara una historia? ¿Cuánto le lleva escribirla? ¿Se pone un tope de páginas que producir al día o alguna otra manía persecutoria que confesar?
 

El proceso de creación de ‘Los Dioses del Norte’ ha sido el más metódico de todos. Hasta entonces (no me avergüenza reconocerlo) no tenía ningún tipo de método. Escribía y punto. Esta vez, el hecho de que fuera una trilogía, y que estuviese ambientada en un mundo fantástico, me obligaba a ser más organizada y a pensarlo todo muy bien, así que lo primero que hice fue elaborar el guión. Los hago bastante desglosados y, a veces, incluyendo ya los diálogos. Después toca la parte de redactar. No tengo un ritmo concreto de escritura, pero estos concretamente me llevaron unos seis meses cada uno. ¡Sí soy maniática en cuanto a la productividad! Procuro no centrarme en número de palabras (aunque me frustro si no escribo 2000 al día, ¡ja ja!), sino que me centro en escribir una escena concreta.

Las portadas son impresionantes, ¿escogió usted al portadista?
            Eso fue trabajo de la editorial y yo no estuve involucrada en la decisión, pero no puedo estar más contenta. Fue amor a primera vista. En cuanto me la enseñaron, empecé a chillar. No solo era como me esperaba, sino que era mejor. ¡Incluso los personajes se parecían a como yo los había imaginado! Parecía que estuviera en mi cabeza. 

El proceso de creación de ‘Los Dioses del Norte’ ha sido el más metódico de todos. Hasta entonces (no me avergüenza reconocerlo) no tenía ningún tipo de método. Escribía y punto. Esta vez, el hecho de que fuera una trilogía, y que estuviese ambientada en un mundo fantástico, me obligaba a ser más organizada y a pensarlo todo muy bien, así que lo primero que hice fue elaborar el guión. Los hago bastante desglosados y, a veces, incluyendo ya los diálogos. Después toca la parte de redactar. No tengo un ritmo concreto de escritura, pero estos concretamente me llevaron unos seis meses cada uno. ¡Sí soy maniática en cuanto a la productividad! Procuro no centrarme en número de palabras (aunque me frustro si no escribo 2000 al día, ¡ja ja!), sino que me centro en escribir una escena concreta.

Acaba de publicar el tercer tomo de su trilogía: ‘Los Dioses del Norte’. ¿Cómo ha sido el viaje? ¿Qué podemos encontrar en estas páginas que no encontremos en otros libros? Recomiéndenos sus libros.

 

 Ha sido un viaje precioso. Hacia mi tierra, a la que echo profundamente de menos viviendo en Madrid, y también a mi niñez, a la magia, las sorpresas y esa ilusión infantil que te hace creer que todo es posible. Tiene muchos ingredientes que a mí me gustaban cuando tenía la edad de mis lectores: hay misterio, mitología, personajes que no son lo que parecen, niños que parecen inseguros, pero acaban siendo los más valientes…

 

 ¿Le gusta la labor de promoción a través de las redes o se le hace pesada?


        No es que se me haga pesada, pero sí siento que no es lo mío. Creo que todavía siento bastante apuro hablando de mis libros en las redes. Admiro mucho a la gente que lo hace y en absoluto me parece algo vanidoso, pero creo que sí me lo resulta cuando lo aplico a mi propio trabajo, no lo sé. Es un tema de pudor, y sé que a lo mejor el ritmo de la sociedad me pide que sea más activa en ese aspecto, pero es cierto que uno tiene que ser consecuente con cómo es. Hay gente a la que le sale natural lo de hablar a cámara para hacer un story en Instagram; a mí me cuesta una barbaridad. Aun así, lo que sí que hago porque me encanta y me llena de calor es responder a los mensajes que me envían los lectores por las redes. Tampoco lo entiendo como “promoción”; para mí es un encuentro, una posibilidad preciosa de estar en contacto con ellos… en ese sentido, las redes sociales son maravillosas.

 ¿Qué será lo próximo? ¿Algún proyecto en perspectiva del que pueda hablarnos?

 ¡No lo cuento, que se gafa! (aquí es donde verdaderamente se ven mis manías, jajaja). Pero sí, tengo alguna idea para el futuro.

 Por último, ¿algún consejo para quienes están haciendo sus primeros pinitos?

 Lo que siempre digo: no desesperarse. Publicar está muy bien, pero es algo que no solo depende de nosotros mismos, sino que se tienen que producir una serie de factores para que ocurra y, sobre todo al principio, es bastante complicado. No hay que tirar la toalla por una negativa, ni pretender tener éxito a la primera porque es muy poco habitual. Al principio, lo que me parece más positivo es leer, leer y leer, y aprovechar todo ese torrente de creatividad, todas esas ganas y esa libertad que tienes cuando no piensas ni en mercado ni en editoriales… coger todo eso y escribir un montón, por y para ti, sobre lo que te interesa a ti. Ya habrá tiempo de pensar en darle salida, o no, a eso que has escrito. Porque al final, no hay trucos: a escribir se aprende escribiendo. Y es muy posible que tu primera novela no salga de tu cajón (la mía ahí sigue), pero será el aprendizaje perfecto para tu segunda novela, y la segunda para la tercera… Y tarde o temprano, si tiene que pasar, pasará. Es una carrera de fondo.

 

¡Muchas gracias!

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