¿De qué nos habla?
En la noche del 24 al 25 de julio de 1938, durante la batalla del
Ebro, 2.890 hombres y 14 mujeres de la XI Brigada Mixta del ejército de
la República cruzan el río para establecer la cabeza de puente de
Castellets del Segre, donde combatirán durante diez días. Sin embargo,
ni Castellets, ni la XI Brigada, ni las tropas que se le enfrentan en Línea de fuego
existieron nunca. Las unidades militares, los lugares y los personajes
que en esta novela aparecen son ficticios, aunque no lo sean los hechos
ni los nombres reales en que se inspiran. Fue exactamente así como
padres, abuelos y familiares de numerosos españoles de hoy combatieron
en ambos bandos durante aquellos días y aquellos trágicos años.
¿Qué me ha parecido?
Este es el primer título de Pére-Reverte sobre la Guerra Civil española. Y ya tocaba (no, Falcó no cuenta), no en vano la Batalla del Ebro dejó casi veinte mil muertos, casi todos chavales que estaban en la flor de la vida. Como decían en 'El señor de los anillos': mucho fue lo que se perdió entonces, y nadie queda para recordarlo (o más bien a nadie parece interesarle). La historia es un novelón que no tiene nada que envidiar al mejor Ken Follet.
La trama transcurre en apenas unos días, pero son infernales. Sobresale el esfuerzo del autor por dotar de verosimilitud a absolutamente todo lo que cuenta en la historia, incluso el peso del fusil. Se nota que ha trabajado en la ambientación, que me parece brutal. Las descripciones son grandiosas, tienen tanta carga de datos que al lector no le cuesta imaginarse lo que transcurre en cada instante, pero no por ello saturan; así, los personajes crecen a los ojos del lector a medida que va devorando las casi setecientas páginas que tiene el libro.Y hablando del tamaño del mamotreto, al principio la longitud me echó un poquito para atrás. ¿Seiscientas y pico páginas sobre la Guerra Civil? Como sea un tostón... No solo no lo ha sido, sino que se me hizo corto.
Esta, pese a lo que cuenta, es una historia de personajes, si no recuerdo mal, hay como siete u ocho principales cuyas tramas se entrelazan. Si tuviera que elegir uno de entre todos, quizá me quedaría con ese tipo, casi de realismo sucio, que es el cabo moro que se han traído de Marruecos y que es franquista hasta la maza, aunque Pato Monzón me ha fascinado, porque es valiente, pero también lista. Tiene una visión de lo que hay en juego que supera a la que poseen los que la rodean, y eso me produce un placer secreto. Está en medio de la barbarie y es consciente, tal vez como pocos de lo que se está jugando en las trincheras, de que si pierde, va a perder mucho más que cualquier hombre. Es una mujer que lucha en una guerra de adolescentes que hace cuatro días iban a clase y que ahora, antes de poder emprender su propia vida, esa con la que siempre han soñado, se ven condenados a matarse porque sí en una guerra que nadie entiende o quiere entender, porque cuando te están disparando, lo que menos te importa es tu idiología.
Este libro nos habla de la crueldad de la guerra como pocas, de la batalla más sangrienta y que mejor refleja la tragedia que fue la Guerra Civil en España. Como dije antes, es la batalla en la que dejamos atrás nuestra humanidad. España ya nunca volvió a ser lo que era. El sueño se apagó allí, en las trincheras del Ebro, entre ríos de sangre, a veces hermana, y cuerpos destrozados.
Confieso que me he preguntado muchas veces por qué Pérez-Reverte, uno de los escritores más cultos y mejor dotados que hemos tenido no se adentraba en nuestra Guerra Civil. Tras leer la novela pienso que, quizá, la tardanza era necesaria. El escritor debía formarse, aspirar el humo de la trinchera, sentir el vello erizado, el miedo a lo que va a pasar en unos segundos, y notar el hedor de la sangre en la nariz antes de coger la pluma.
'Línea de fuego' es un clásico moderno de obligada lectura, una historia que debería comentarse en las clases de Historia de los institutos. Hay mucho debate en estas páginas que no debemos desaprovechar. Hágase un favor, vaya a la librería que le quede más cerca y pida un ejemplar. No le defraudará.
Foto del autor: Zenda Libros.
No tiene nada que envidiar a Ken Follet, porque Ken Follet es un autor muy sobrevalorado
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