lunes, 23 de septiembre de 2024

Las siete -reseña


 ¿De qué va el libro?

Las siete fueron sus víctimas, pero solo una es su asesina.

Es Nochevieja, los relojes han comenzado la cuenta atrás y siete mujeres se reúnen en una habitación de hotel en cuyo centro descansa la cabeza del que ha sido su peor pesadilla: Jamie Spellman. Todas ellas lo conocían, y todas se reafirman en su inocencia, pero cada una tenía una razón de peso para asesinarlo: su esposa engañada, la adolescente que espera un hijo suyo, las dos examantes, su mejor amiga, la mujer a la que violó en la universidad y la tía que lo crio. Las siete llevaban semanas reuniéndose para hablar de sus experiencias y hasta, en algún momento de euforia, imaginar su muerte. Apenas tienen tiempo para esconder el cadáver y mientras la detective Nova Stokoe, exnovia de una de las siete sospechosas, comienza sus pesquisas, también ellas desean averiguar cuál se ha atrevido a hacer por fin aquello con lo que las demás solo fantaseaban.

En su «debut literario de alta tensión» (South Florida Sun-Sentinel), Rose Wilding explora el rol que se asigna a las mujeres en la vida de hombres terribles y las consecuencias que tiene negarse a seguir calladas.

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Las Siete y el Arte de Rescribir la Historia

    La literatura contemporánea está llena de intentos por reescribir el pasado desde diferentes perspectivas, pero pocos logran lo que Las Siete de Lumen alcanza: una fusión perfecta entre el redescubrimiento de la historia y una intriga humana profundamente emocional. En un mundo editorial donde abundan las historias de empoderamiento femenino, esta novela destaca por su enfoque complejo, matizado y nada complaciente. Las Siete nos sumerge en un entramado narrativo que desafía la forma tradicional en la que pensamos sobre las mujeres y su rol en los momentos más cruciales de la historia.

Un desafío a la narrativa tradicional

    Las Siete explora la vida de siete mujeres cuyos destinos están entrelazados de maneras inesperadas a lo largo del tiempo. Si bien muchas novelas históricas se centran en la grandeza de los líderes masculinos, esta obra da voz a aquellas mujeres que siempre han estado presentes en los márgenes, influyendo, resistiendo y, en muchos casos, siendo testigos de los cambios trascendentales que han moldeado el mundo. Lo fascinante es cómo la autora retrata a sus protagonistas no solo como figuras históricas, sino también como seres humanos llenos de contradicciones, con deseos y miedos que resuenan en nuestra contemporaneidad.

    En una época en la que la lucha por la igualdad de género sigue en pleno auge, la novela hace algo más que subirse a la ola del feminismo. Va más allá al hacernos reflexionar sobre cómo el poder ha sido conceptualizado a lo largo de los siglos. Las mujeres de Las Siete no solo luchan por ser vistas o escuchadas; su lucha es más compleja, pues también enfrentan los dilemas internos de lo que significa tener poder, usarlo y, a veces, perderlo.

Personajes tridimensionales que trascienden el tiempo

    El talento narrativo de la autora brilla en la creación de personajes que se sienten vivos, palpables y reales. Cada una de estas siete mujeres representa una época y un contexto diferente, y sin embargo, sus historias dialogan entre sí con una fluidez asombrosa. La conexión que las une, lejos de ser forzada, surge de una idea central poderosa: la lucha contra un mundo que no está hecho para ellas, pero que no pueden evitar moldear. Algunas de estas mujeres son personajes históricos, reinterpretados a través de una lente moderna que nos invita a repensar lo que creíamos saber. Otras son creaciones ficticias que, sin embargo, se sienten igualmente vivas y posibles.

    Lo que más impresiona es la capacidad de la autora para equilibrar lo histórico y lo emocional. Los conflictos externos —revoluciones, guerras, conspiraciones políticas— son tan importantes como las batallas internas que libran las protagonistas. En cada uno de estos personajes encontramos capas de vulnerabilidad y fuerza, y sus diálogos están cargados de significados que van más allá de lo inmediato, tocando fibras más profundas sobre la experiencia humana.

La narrativa como vehículo de reflexión

    Lejos de ser una lectura pasiva, Las Siete es un libro que exige la participación activa del lector. No es una historia que se pueda leer superficialmente; cada página invita a una reflexión más profunda sobre la forma en que entendemos el poder, el género y la historia. La prosa de la autora es, en muchos momentos, poética y densa, pero nunca pesada. La riqueza de su lenguaje, junto con la complejidad temática, hace de este libro una experiencia envolvente. Cada línea parece estar cuidadosamente medida, como si el texto mismo fuera una especie de mapa de navegación para los temas más oscuros y complicados que la autora busca desentrañar.

    Es notable cómo la novela no cae en el maniqueísmo que a veces asedia las historias centradas en la opresión o la lucha por la justicia. Aquí, las mujeres no son simples víctimas ni tampoco son heroínas inmaculadas. Son personajes multidimensionales que, en su humanidad, nos obligan a enfrentarnos a nuestras propias contradicciones y prejuicios.

Lumen y una edición digna de elogio

    Sería un error no destacar la magnífica labor de Lumen en la producción de esta obra. En tiempos en los que muchas editoriales se concentran en la producción masiva y la reducción de costos, Lumen ha invertido en una edición que es, sencillamente, una obra de arte. Desde la encuadernación en tapa dura, pasando por la delicadeza del diseño de la cubierta, hasta el cuidado en la elección de la tipografía, todo en Las Siete habla de una dedicación al detalle que no pasa desapercibida. Cada aspecto de esta edición refuerza la idea de que este libro es algo más que una novela; es una pieza de colección, un objeto que uno desea conservar y revisitar.

    Además, el contenido visual complementa maravillosamente la narrativa. Las ilustraciones y gráficos que acompañan la obra no solo embellecen la experiencia de lectura, sino que también aportan un contexto visual que enriquece la comprensión de la trama y sus personajes. Es un testimonio de cómo el formato físico del libro puede, cuando se trata con respeto y cuidado, elevar una historia al siguiente nivel.

Una lectura que desafía y recompensa

    Al final, Las Siete no es solo una novela, es un diálogo abierto sobre el pasado, el presente y el futuro de las mujeres en la sociedad. Nos invita a repensar lo que hemos dado por sentado, a reflexionar sobre las versiones de la historia que nos han contado y, sobre todo, a escuchar aquellas voces que han sido silenciadas por demasiado tiempo.

    En un momento en el que las discusiones sobre género y poder ocupan un lugar central en el debate público, este libro llega como una llamada de atención. Nos recuerda que la historia no es un relato cerrado, sino un tejido de posibilidades que sigue cambiando a medida que emergen nuevas voces y perspectivas. En definitiva, Las Siete es una obra que merece ser leída, discutida y apreciada, no solo por su calidad literaria, sino por su capacidad para desafiar y transformar nuestra visión del mundo.

 

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