jueves, 30 de enero de 2025

Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) -reseña

 ¿De qué va el libro?

 

En el mundo eminentemente masculino de la sociedad victoriana, volcado en el comercio y la expansión imperial, regido por un orden racionalista y por unos estrictos códigos morales (aunque luego los hombres, pero no las mujeres, pudieran llevar una doble vida), fueron las mujeres quienes se interesaron sobre todo por el fenómeno de la brujería.

En Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) Peter Haining ha reunido sobre este tema crónicas históricas y leyendas tanto como ficciones de escritoras hoy en su mayoría olvidadas pero que sin duda ha valido la pena recuperar. Eliza Lynn Linton estudió profundamente la tradición de la brujería en Inglaterra y Escocia; lo mismo hicieron, en Irlanda, Jane Wilde y, en Gales, Mary Lewes. A su lado, un buen número de autoras –de una tal «H. L.» hasta H. D. Everett− escribieron cuentos de brujas, donde exploraron el conflicto entre religión y ciencia, la condición de la mujer apartada y acosada, la sexualidad asociada a «los espíritus malignos» y —por otro lado— a la intimidación y la explotación, las relaciones entre el amor y la muerte, y la visión de la Naturaleza como una fuerza esencialmente destructora.

«Y desperté, repitiéndome una y otra vez la misma pregunta: ¿cómo podía una mujer convertirse en tres?» (Anna Kingsford)

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La literatura victoriana, en particular, se caracteriza por su fascinación por lo oculto, lo misterioso y lo sobrenatural. Durante este periodo, las escritoras también jugaron un papel crucial en explorar estos temas, muchos de los cuales subrayaban las tensiones sociales, políticas y psicológicas de la época. Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920), editado por Peter Haining y publicado por Alba Editorial, es una antología que ofrece una rara mirada a los relatos escritos por mujeres que desafiaron las convenciones de su tiempo, utilizando el tema de la brujería y lo paranormal para comentar sobre la opresión, la rebeldía y el deseo de autonomía. Este volumen reúne una selección de relatos oscuros y fascinantes que no solo revelan el talento literario de sus autoras, sino también sus inquietudes sobre el papel de la mujer en la sociedad victoriana.

Una antología rica en matices

El libro está compuesto por relatos de escritoras que vivieron entre 1839 y 1920, un periodo en el que la brujería, el ocultismo y lo macabro se entrelazaban con las normas estrictas de una sociedad profundamente patriarcal. En este contexto, las autoras exploraron una variedad de temas, desde el poder oculto de la feminidad hasta los peligros de los pactos oscuros, pasando por las fronteras difusas entre el bien y el mal. La selección de cuentos hecha por Haining es acertada, ya que no solo presenta a escritoras conocidas en su época, sino que también da voz a aquellas cuyas obras no han tenido la misma visibilidad en la tradición literaria.

La mujer encantada, de Anna Kingsford: un encuentro con lo místico

Uno de los relatos más destacados es La mujer encantada de Anna Kingsford, escritora, mística y feminista pionera, cuyo trabajo se centró en temas de espiritualidad y esoterismo. La historia relata el encuentro de una mujer con una presencia sobrenatural que no solo refleja la inquietud de la autora por lo místico, sino también su crítica a las limitaciones sociales impuestas a las mujeres. El relato, a primera vista, parece una historia tradicional de brujería, pero la autora lo infunde con un profundo simbolismo que aborda temas como el destino, el libre albedrío y el poder oculto de las mujeres.

Kingsford utiliza un estilo narrativo que se caracteriza por su fluidez poética, con descripciones detalladas y un ritmo tranquilo pero tenso. En la figura de la mujer encantada, Kingsford presenta una suerte de dualidad: por un lado, la mujer es vista como un objeto de fascinación y temor, y por otro, su poder se revela en la capacidad de transitar entre mundos, entre la luz y la oscuridad, el consciente y el inconsciente. La trama no solo busca cautivar con lo sobrenatural, sino también provocar una reflexión sobre las restricciones sociales que la mujer enfrenta y cómo la magia se convierte en una metáfora del deseo de liberación.

La satanista, de Mary Crawford Fraser: lo macabro y la subversión

Otro relato destacado es La satanista de Mary Crawford Fraser, una autora que en su época fue conocida por sus relatos de misterio y su fascinación por el ocultismo. Este cuento, más sombrío y perturbador que el anterior, se adentra en la historia de una mujer obsesionada con el satanismo y el poder que esta práctica le otorga. La trama juega con la ambigüedad moral, mostrando cómo la protagonista se ve arrastrada por su deseo de poder, mientras lucha con su propia culpabilidad y deseos reprimidos. Fraser utiliza la figura de la bruja no solo como un símbolo de rebeldía, sino también como una advertencia sobre los peligros de ceder a la tentación del mal, un tema recurrente en la literatura de la época.

A nivel estilístico, Fraser adopta un tono más directo y sombrío que Kingsford, con descripciones que subrayan la atmósfera opresiva de la historia. La sensación de peligro inminente impregna cada página, haciendo que el lector se cuestione la moralidad de los actos de la protagonista. La historia está impregnada de un sentido de fatalidad, y la autora parece sugerir que las fuerzas oscuras que atraen a la protagonista son un reflejo de los deseos reprimidos y las limitaciones impuestas por la sociedad. En este sentido, La satanista no solo es una historia de brujería, sino una meditación sobre el deseo, el poder y la autodestrucción.

La mujer en el centro del relato

Lo que realmente une estos relatos es la figura de la mujer, que, en su interacción con lo sobrenatural, se convierte en el centro de reflexión de cada historia. En la época victoriana, las mujeres eran vistas a menudo como seres misteriosos y temidos, especialmente cuando se apartaban de los roles tradicionales asignados por la sociedad. El poder de la bruja en estos relatos refleja, por un lado, el miedo hacia la independencia femenina y, por otro, el potencial de la mujer para desafiar las normas establecidas.

A través de los relatos de Kingsford y Fraser, y de las otras autoras incluidas en la antología, la brujería se presenta como una vía de escape de las restricciones sociales y, en muchos casos, como una forma de empoderamiento. Sin embargo, la dualidad de lo femenino —la mujer como víctima y la mujer como perpetradora— está siempre presente, lo que refleja las complejidades de la identidad femenina en una época que, aunque progresista en muchos aspectos, seguía sometiendo a las mujeres a estrictas normas de comportamiento.

Comparación con otros libros del género

Cuando se compara Cuentos de brujas con otras colecciones de relatos de terror y misterio victorianos, como Historias de fantasmas victorianos de Michael Sims o Mujeres fantásticas de Cristina Fernández Cubas, es evidente que esta antología se destaca por su enfoque en las mujeres y su tratamiento del ocultismo. A diferencia de muchas otras colecciones que incluyen principalmente relatos de hombres o que presentan a las mujeres como meras figuras pasivas, este libro coloca a las autoras en el centro, permitiéndoles explorar la brujería y lo sobrenatural desde una perspectiva única.

Sin embargo, también se puede observar que los temas de la moralidad, la tentación y la lucha interna son comunes en todas las colecciones, lo que sugiere que, aunque las autoras victorianas aportaron una voz distintiva al género, los elementos básicos del cuento de brujas permanecen constantes. Lo que realmente diferencia a esta antología es la sensibilidad particular de las escritoras hacia la opresión femenina y su capacidad para tejer temas de brujería con las restricciones sociales y las expectativas de género.

Estilo y recepción de los relatos

Los relatos de Cuentos de brujas están marcados por estilos narrativos que varían desde la poesía lírica de Kingsford hasta la prosa más cruda y directa de Fraser. Esta diversidad estilística refleja las diferentes aproximaciones de las autoras a la brujería y lo sobrenatural, pero también su visión de la sociedad y el papel de las mujeres dentro de ella. Las historias no solo son un escaparate de talento narrativo, sino también una manifestación de la tensión entre lo público y lo privado, lo aceptado y lo prohibido.

La recepción de estas obras en su época fue variada. Algunas autoras, como Anna Kingsford, fueron aclamadas en círculos esotéricos, pero su trabajo no siempre fue comprendido o aceptado por el público general. Otras, como Mary Crawford Fraser, enfrentaron críticas tanto por el contenido de sus relatos como por sus inclinaciones hacia lo macabro y lo oscuro. Sin embargo, con el tiempo, la crítica literaria ha comenzado a reevaluar a estas autoras, reconociendo su contribución a la literatura gótica y su audaz tratamiento de temas como la autonomía femenina y el deseo de poder.

La edición de Alba Editorial

La edición de Alba Editorial es, como es habitual, de alta calidad. El libro cuenta con una tapa dura de diseño sobrio pero elegante, que refleja el tono oscuro y misterioso de los relatos. El tamaño del volumen es adecuado, permitiendo una lectura cómoda, y el papel de calidad asegura una experiencia de lectura agradable.

Conclusión

Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) es una obra fundamental para aquellos interesados en explorar los temas del ocultismo, la brujería y la mujer en la literatura victoriana. A través de relatos como La mujer encantada de Anna Kingsford y La satanista de Mary Crawford Fraser, la antología no solo presenta historias fascinantes, sino también una reflexión profunda sobre la sociedad de la época y el papel que la mujer jugaba dentro de ella. La edición de Alba Editorial, con su cuidadoso diseño y su introducción contextual, hace de este volumen una obra imprescindible para los amantes de la literatura gótica y el misterio. La antología no solo destaca el talento literario de las escritoras victorianas, sino que también las coloca en el centro de un debate sobre el poder, el deseo y la autonomía en una sociedad que aún luchaba por reconocer el papel pleno de las mujeres en la cultura y la historia.

Con la colaboración de Alba Editorial.

lunes, 27 de enero de 2025

El Pobre Goriot -reseña

 ¿De qué va el libro?

París, 1817. En una pensión «de clase media», regentada con economía por una viuda, coinciden los desechos de la sociedad parisina y los jóvenes que sueñan con entrar en ella. En el último piso, el más barato, viven puerta por puerta un anciano que amasó una fortuna fabricando fideos y que, habiendo casado espléndidamente a sus hijas, ahora es menospreciado por ellas, y un estudiante de provincias que apenas tiene para unos guantes amarillos con los que triunfar en un baile. Un tercer huésped, el misterioso Vautrin, que detecta la ambición del estudiante, le propone un tortuoso crimen que po-dría enriquecerlo de la noche a la mañana. El pobre Goriot (1835), una de las novelas más justamente célebres de la historia de la literatura, enfrenta a dos hombres en los dos extremos de la vida: el anciano que la concluye en la ingratitud y la ruina y el joven que se abre a ella resistiéndose a aceptar que habrá de elegir entre la virtud y la corrupción. «¡Ay, sépalo el lector, este drama no es una ficción ni una novela! –dice Balzac en las primeras páginas–. All is true, ¡es tan verdadero que todos pueden reconocer los elementos que hay en él en su casa y quizá en su corazón!».

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Reseña literaria: El Pobre Goriot de Honoré de Balzac

Introducción

El Pobre Goriot (Le Père Goriot), publicada en 1835, es una de las obras más emblemáticas de Honoré de Balzac y forma parte de su vasto proyecto literario conocido como La Comedia Humana. Este ambicioso ciclo de novelas y relatos pretende ofrecer un retrato minucioso y panorámico de la sociedad francesa de la época de la Restauración y la Monarquía de Julio. La novela no solo es una pieza central dentro de este universo literario, sino también una de las que mejor ilustra la aguda mirada de Balzac sobre las tensiones sociales, económicas y morales de su tiempo.

En esta reseña, exploraremos en detalle los elementos que convierten a El Pobre Goriot en un clásico imperecedero: su trama, sus personajes, su estilo y lenguaje, así como su importancia dentro de la literatura universal y el proyecto literario de Balzac.

La trama y sus temáticas centrales

La novela tiene lugar en París y gira en torno a la vida de los habitantes de la pensión Vauquer, un microcosmos de las diferentes clases sociales de la época. Entre ellos destaca Eugène de Rastignac, un joven estudiante de leyes proveniente de una familia modesta, que aspira a ascender socialmente en un mundo dominado por la corrupción y la hipocresía. Rastignac se cruza con el señor Goriot, un anciano que vive en la pobreza extrema tras haber sacrificado toda su fortuna por sus hijas ingratas, Anastasie y Delphine, quienes lo desprecian y explotan emocionalmente.

El drama central de El Pobre Goriot es el conflicto entre el amor filial y la ambición desmedida, una temática que Balzac utiliza para explorar las relaciones humanas en una sociedad profundamente materialista. Goriot encarna la figura del padre sacrificado, cuya devoción incondicional por sus hijas lo lleva a la ruina. Por otro lado, Rastignac representa la juventud enfrentada a decisiones morales complejas: permanecer fiel a sus principios o sucumbir al pragmatismo necesario para triunfar en París.

La trama avanza con un ritmo medido, alternando momentos de intenso dramatismo con descripciones detalladas que capturan el ambiente decadente de la pensión y la atmósfera opresiva de la sociedad parisina. Este contraste subraya el pesimismo de Balzac sobre la condición humana, así como su visión de la ciudad como un espacio de lucha despiadada por el poder y la riqueza.

El estilo y el lenguaje

El estilo de Balzac es característico por su minuciosidad y su capacidad para combinar descripciones detalladas con una narrativa cargada de simbolismo. En El Pobre Goriot, cada elemento está cuidadosamente diseñado para reflejar las desigualdades sociales y las emociones complejas de los personajes. Las descripciones de la pensión Vauquer, por ejemplo, no son meramente decorativas; representan la decadencia moral de sus habitantes y, en un sentido más amplio, de la sociedad francesa.

El lenguaje de Balzac es denso, lleno de matices y observaciones filosóficas. Aunque su prosa puede parecer recargada para el lector moderno, esta riqueza estilística es una de las razones por las que El Pobre Goriot sigue siendo un texto fascinante. Las largas oraciones y las digresiones permiten a Balzac construir un mundo narrativo complejo, donde cada detalle contribuye al realismo de la obra.

Comparación con otras obras similares

El Pobre Goriot se puede comparar con otras novelas del siglo XIX que abordan temas similares, como Las ilusiones perdidas, también de Balzac, o Madame Bovary de Gustave Flaubert. Mientras que Flaubert se centra en el desencanto de una mujer atrapada por sus sueños románticos, Balzac examina la lucha por el ascenso social y las complejidades de las relaciones familiares.

Asimismo, la novela guarda paralelismos con Grandes esperanzas de Charles Dickens, en el sentido de que ambas retratan el ascenso social de jóvenes protagonistas en sociedades marcadas por profundas divisiones de clase. Sin embargo, donde Dickens a menudo ofrece un tono moralizante y esperanzador, Balzac se mantiene firmemente pesimista y realista, mostrando cómo los valores humanos se corrompen bajo la presión de las ambiciones materiales.

Contexto histórico y literario

El Pobre Goriot fue escrito en una época de grandes cambios sociales y económicos en Francia. La Revolución Francesa, la era napoleónica y la Restauración habían transformado profundamente la estructura social, dando lugar a una burguesía emergente que desplazó a la nobleza como clase dominante. Balzac captura estos cambios en su obra, mostrando cómo las viejas jerarquías son reemplazadas por un sistema donde el dinero y el poder económico determinan el estatus social.

Dentro de la literatura francesa, Balzac es considerado uno de los fundadores del realismo, un movimiento que buscaba representar la vida cotidiana con fidelidad y profundidad psicológica. Su influencia es evidente en autores posteriores como Émile Zola y Marcel Proust, quienes también exploraron las complejidades de la sociedad francesa.

Recepción y legado

En su época, El Pobre Goriot fue recibido con reacciones mixtas. Algunos críticos elogiaron la agudeza de Balzac para retratar la sociedad, mientras que otros lo acusaron de ser demasiado crío y pesimista. Con el tiempo, sin embargo, la novela ha sido reconocida como una de las cumbres del realismo literario y un clásico de la literatura universal.

El personaje de Rastignac se ha convertido en un símbolo del joven ambicioso dispuesto a enfrentarse al sistema para alcanzar sus metas, mientras que Goriot representa el amor paternal llevado al extremo. Estas figuras arquetípicas han influido en innumerables obras posteriores, consolidando el lugar de Balzac como uno de los grandes maestros de la literatura.

Honoré de Balzac y La Comedia Humana

Honoré de Balzac (1799-1850) es uno de los escritores más importantes del siglo XIX y una figura clave en la literatura francesa. Su ambicioso proyecto de La Comedia Humana consta de más de 90 novelas y relatos que buscan capturar todos los aspectos de la vida francesa. En este contexto, El Pobre Goriot es una obra fundamental, ya que introduce personajes y temas que reaparecen en otras novelas, creando una red interconectada que enriquece la experiencia de lectura.

Balzac fue un observador incansable de la sociedad, y su habilidad para captar los matices de las relaciones humanas y las estructuras sociales sigue siendo relevante hoy en día. Su estilo detallado y su enfoque realista han inspirado a generaciones de escritores, desde los realistas rusos como Dostoievski hasta autores contemporáneos.

Conclusión

El Pobre Goriot es mucho más que una historia de ambición y sacrificio; es un retrato penetrante de una sociedad en transformación y un testimonio del genio literario de Honoré de Balzac. A través de su estilo detallado, sus personajes complejos y su análisis incisivo de la condición humana, la novela sigue siendo una obra imprescindible para quienes desean comprender no solo la literatura del siglo XIX, sino también las tensiones universales entre el amor, el poder y la moralidad.

En definitiva, El Pobre Goriot no solo consolida a Balzac como uno de los grandes narradores de su época, sino que también nos invita a reflexionar sobre las complejidades de nuestras propias ambiciones y relaciones. Es una obra que, casi dos siglos después de su publicación, sigue resonando con fuerza en el corazón de los lectores.

Con la colaboración de Alba Editorial.

 


jueves, 23 de enero de 2025

Nada sucede la víspera -reseña

 ¿De qué va el libro?

Amores imposibles, vicios privados y un crimen que alterará la vida de todos en la Barcelona de los años sesenta.

Barcelona, finales de 1969. El marqués de Soto, don Julio Urquízar, es hallado muerto y con signos de violencia. Lo que se esconde tras este trágico suceso empezó a fraguarse a principios de ese mismo año...

Seis meses antes. El mundo de esplendor en el que el marqués vivía se tambalea. Por un lado, le acecha el peligro de la ruina económica. Por otro, la relación con su esposa lleva años inmersa en una especie de guerra fría, y su primogénito se comporta como un irresponsable vástago de casa rica. El marqués solo se siente cercano a su hija Marina, una universitaria aburrida de su ambiente con ansia de explorar otros lugares, barrios y amores.

Esta curiosidad será la que llevará a la joven a iniciar una apasionada relación con Jaco, el hijo de su antigua niñera, que aspira a salir de la pobreza gracias al boxeo. Pero mientras el romance avanza a escondidas, una amenaza empieza a cernirse sobre la furtiva pareja: un oscuro plan que marcará sus destinos y los de aquellos a quienes más aman.

Chufo Lloréns, el gran cronista de Barcelona, nos transporta hacia una ciudad turbulenta de barrios adinerados y callejones sórdidos, en esta fascinante historia de amor, ambición, decadencia y sueños de libertad

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El esplendor y las sombras de la Barcelona de los sesenta en Nada sucede la víspera, de Chufo Lloréns

Chufo Lloréns, conocido como el maestro de las novelas históricas ambientadas en Barcelona, da un salto temporal en Nada sucede la víspera y nos sumerge en las contradicciones y los secretos de la Barcelona de los años sesenta. Este es un viaje fascinante que equilibra con maestría el retrato de una sociedad marcada por los privilegios y las desigualdades con una trama de amores imposibles, intrigas familiares y un crimen que, como un terremoto, sacude los cimientos de los personajes. Lloréns no solo escribe una novela, sino que ofrece un tapiz donde las luces y sombras de una época y una ciudad vibran con vida propia.

Una trama cautivadora: intrigas, romance y tragedia

En el centro de Nada sucede la víspera se encuentra el asesinato del marqués de Soto, un misterio que actúa como columna vertebral de una historia que explora las vidas de una familia aristocrática al borde del colapso. Con una estructura que se mueve entre el pasado inmediato y las consecuencias del crimen, Lloréns construye un rompecabezas donde cada pieza revela no solo los secretos de los personajes, sino también los vicios de una sociedad dividida por las apariencias y las ambiciones desmedidas. Sin revelar detalles cruciales, cabe destacar que la novela transita entre los barrios opulentos de Pedralbes y las calles más humildes del Raval, creando un contraste que enfatiza el abismo entre las clases sociales y que también actúa como una metáfora de los conflictos internos de los protagonistas.

Una de las subtramas más potentes es la relación entre Marina, la hija rebelde del marqués, y Jaco, un joven boxeador que representa las aspiraciones y las limitaciones de quienes nacen sin privilegios. Lloréns maneja esta historia de amor prohibido con delicadeza, evitando los tópicos fáciles y dotando a sus personajes de una complejidad que los hace profundamente humanos. Marina no es solo una joven en busca de libertad, sino una mujer atrapada entre dos mundos, mientras que Jaco encarna la lucha constante por superar las barreras impuestas por el origen y el destino.

Un lenguaje que evoca y transporta

Lloréns demuestra una vez más su dominio de la narración al combinar un estilo elegante y descriptivo con un ritmo que mantiene al lector pegado a las páginas. Las descripciones de la Barcelona de los años sesenta son un regalo para los sentidos: la ciudad se convierte en un personaje más, con su bruma de contradicciones y sus rincones donde conviven el esplendor y la miseria. Cada escena está impregnada de una atmósfera que captura tanto la sofisticación de los salones aristocráticos como la vitalidad de los barrios obreros.

A diferencia de otras novelas históricas de Lloréns, como Te daré la tierra o La ley de los justos, donde el peso de las descripciones históricas es más denso, Nada sucede la víspera opta por un lenguaje más contenido que privilegia las emociones de los personajes. Esto no significa, sin embargo, que la novela renuncie a la riqueza de detalles; al contrario, Lloréns equilibra perfectamente el contexto histórico y la narrativa, logrando una experiencia de lectura inmersiva.

Comparaciones con otras obras del autor y del género

En el vasto repertorio de Chufo Lloréns, Nada sucede la víspera destaca por su intención de explorar una época más reciente, alejándose de las intrigas medievales que han caracterizado gran parte de su obra. Si bien comparte con novelas como La ley de los justos su interés por las divisiones de clase y las pasiones que atraviesan generaciones, aquí el autor se centra en una sociedad que comienza a transformarse bajo el peso de los cambios culturales y sociales. Este enfoque más contemporáneo permite a Lloréns explorar temas como el auge del feminismo, la lucha de clases y las tensiones generacionales desde una perspectiva más inmediata y visceral.

En el género de la novela histórica, Lloréns demuestra una vez más por qué es uno de sus exponentes más destacados. Si se compara con autores como Ildefonso Falcones o Santiago Posteguillo, Lloréns destaca por su capacidad para combinar la riqueza del contexto histórico con personajes profundamente humanos. Mientras Falcones tiende a centrarse en narrativas de resistencia y Posteguillo en las gestas de personajes históricos, Lloréns ofrece en esta novela una mirada más intimista que, sin perder la ambición, se enfoca en las relaciones personales y en los dilemas morales de sus personajes.

Temas universales: el amor, el poder y la redención

Uno de los grandes aciertos de Nada sucede la víspera es su capacidad para abordar temas universales sin caer en la simplicidad. El amor imposible entre Marina y Jaco no es solo una historia de pasiones cruzadas, sino una reflexión sobre cómo el poder y los prejuicios moldean nuestras vidas. Asimismo, el crimen que desencadena los eventos de la novela sirve como un espejo de las tensiones que atraviesan a los personajes: el miedo a perder el estatus, el resentimiento acumulado y las traiciones que siempre encuentran la manera de salir a la luz.

La novela también explora el papel de la mujer en una sociedad que todavía estaba lejos de la igualdad. Marina es un personaje que, con su fuerza y su vulnerabilidad, simboliza las aspiraciones de una generación que comenzaba a cuestionar las normas establecidas. Su lucha por definir su propio destino contrasta con la resignación de su madre, atrapada en un matrimonio donde las apariencias lo son todo. Este contraste enriquece la narrativa y refuerza el peso emocional de la historia.

Un retrato de la Barcelona de los sesenta

La Barcelona que Lloréns nos presenta en Nada sucede la víspera no es solo un telón de fondo, sino un protagonista silencioso que influye en los destinos de los personajes. A través de sus calles, Lloréns captura la esencia de una ciudad dividida entre el esplendor de sus barrios altos y la vitalidad—a menudo desesperada—de sus calles más humildes. La descripción del contraste entre Pedralbes y el Raval no es solo un ejercicio de geografía literaria, sino una metáfora del abismo que separa a los personajes y que define sus vidas.

El autor también se detiene en detalles que anclan la narrativa en su tiempo, como las referencias a la música, el cine y la moda de la época. Estos elementos no solo enriquecen la ambientación, sino que también refuerzan el realismo de la historia, convirtiendo la lectura en una experiencia multisensorial que transporta al lector a un momento crucial de la historia reciente.

Reflexiones finales: una obra que deja huella

Con Nada sucede la víspera, Chufo Lloréns demuestra que no necesita recurrir a las intrigas medievales para capturar la atención de sus lectores. La novela combina una trama absorbente, personajes complejos y un retrato vibrante de la Barcelona de los años sesenta para ofrecer una historia que, aunque profundamente arraigada en su contexto histórico, resuena con temas universales que trascienden el tiempo y el lugar.

Este es un libro que invita a reflexionar sobre las decisiones que tomamos y las consecuencias que estas tienen no solo en nuestras vidas, sino en las de quienes nos rodean. Lloréns ha escrito una novela que no solo entretiene, sino que también conmueve y desafía, consolidándose como uno de los grandes narradores de nuestro tiempo.

Con la colaboración de Grijalbo Ediciones.

Una casa de alquiler -reseña

 ¿De qué va el libro? La anciana Sophonisba –«un nombre bonito e indicado, cuando me lo pusieron, pero ahora está más que pasado de moda...